Dedico este artículo a mi querida amiga MariLUZ: un ángel de amor despiadado que muy pronto comenzará una de las vías inicáticas más conocidas: El Camino de Santiago.
El Camino de Santiago es una experiencia que te sumerge en el medievo, la primera consideración es que no se es un turista, se es un peregrino. En el camino no se hace turismo, ni tampoco deporte, aunque puedan ser algunas de las motivaciones que muevan a iniciarlo, sean cuales sean tus motivos, al final del camino siempre llega un peregrino.
Una máxima que encontré en un albergue ha de acompañarte siempre: “El turista exige, el peregrino agradece”.