domingo, 5 de junio de 2011

Meditación Homo Aquaticus: integrarse en el agua

Queridos lectores hoy compartiré con vosotros un lugar iniciático por excelencia: la playa de Bolonia, muy cerca de Tarifa, en la provincia de Cadiz. En Bolonia, antigua Baelo Claudia romana, podemos disfrutar de naturaleza virgen en un entrono con ruinas romanas, dunas móviles, vacas, caballos en semilibertad todo ello envuelto en un aire místico. Para quien quiera profundizar en el entorno le recomiendo el blog de María: Mi alma canina

Vaca retinta: foto tomada por Rafa Téllez


El lugar en concreto que os invito a conocer es el conocido como "Las Piscinas de Adriano", un sitio donde podemos observar como la placa tectónica continental europea se aleja, en formaciones lineales de roca, al encuentro de la placa africana. Dichas formaciones de rocas forman piscinas naturales ideales para la práctica de la meditación Homo Aquaticus.

Piscinas de Adriano: foto tomada por Rafa Téllez

He aprendido la meditación Homo Aquaticus de Carmelo H. Rios, profesor de Aikido, Kitaido y otras disciplinas orientales, además de instructor de buceo y gran meditador. Recomiendo encarecidamente la lectura de su libro: Yoga del Agua.

Yoga del Agua, de Carmelo H. Rios, Editorial Gaia.

Carmelo H. Rios imparte una inmensa diversidad de técnicas a todo aquel alumno que se le acerque con autenticidad y voluntad de búsqueda. Esta técnica que aquí os presento es solo una pequeña muestra de los múltiples desarrollos de sus eclecticas enseñanzas.

1) Armonizar con el entorno, una caminata hacia el lugar con los sentidos atentos a lo que nos rodea, caminando por la orilla y centrados en el ritmo del mar nos sintoniza con el medio, posteriormente podemos hacer un poco de meditación Zazen o So-ham en la orilla del mar. Si disponemos de un neopreno ligero aumentaremos nuestra comodidad y podremos concentrarnos mejor.

Zazen en la orilla: foto tomada por Beatriz de Felipe.
2) Flotar: intentando conservar la concentración nos colocaremos las gafas de buceo y el tubo e respiración, intentaremos dejarnos flotar y relajar todos los músculos, sintiendo el ritmo del mar, es interesante visualizar la imagen de un alga mecida por el agua.

Flotar como un alga: foto tomada por Beatriz de Felipe.

3) Fundirse en la meditación: Una vez estamos relajados y fluimos, podemos concentrarnos en la respiración: es muy importante poner le énfasis en la espiración, soltar el aire despacio y durante más tiempo que el dedicado a inspirar, aconsejo la técnica de contar que se utiliza en el zen: por ejemplo contar tres espirando y dos inspirando, o cinco espirando y tres inspirando. Esto requiere practicar mucho con el tubo de respiración, pero una vez lo conseguimos podemos sentir como nuestra relación con el medio cambia, podemos entonces recaer en todos los seres animados e inanimados que nos rodean y nuestro vínculo con ellos. Es impresionante fluir en el movimiento de los peces, observarse en el vaivén de un alga desprendida que rueda por el fondo... y todo ello manteniendo la respiración oceánica.

Fundirse en la meditación: foto tomada por Beatrizde Felipe.

Advertencia: Esta técnica es solo aconsejada a personas con experiencia en técnicas de buceo, si no se tienen conocimientos aconsejo realizar un curso básico. De cualquier forma es siempre contraindicado practicar esta meditación en solitario, siempre se requiere la vigilancia de al menos otra persona que esté velando por nuestra seguridad.



Para conseguir el libro:

2 comentarios:

  1. Acababa de escribir en mi blog y he visto tu nueva entrada. Me encanta la serenidad que transmiten las fotos y la idea del alga... me ha recordado una experiencia parecida y no he podido contenerme de escribirla en el blog.

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  2. Me alegro de la coincidencia, nada es por casualidad, pasaré por tu blog dar un vistazo.

    Un abrazo

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