jueves, 26 de junio de 2014

Crónica de una presentación muy naranja: Peregrinos de Shambala

Por fin llegó la hora de la presentación. Tuvo lugar en la galería de arte Wabi Sabi, no podía ser de otra manera, Wabi Sabi es el concepto japonés que expresa "la belleza de lo imperfecto". Un lugar muy interesante, un auténtico mandala tridimensional donde pudimos expresar, en su salsa, toda la la belleza imperfecta de la novela Peregrinos de Shambala.

Novela de Rafael Téllez en Wabi Sabi
Wabi Sabi, un marco (descuadrado) incomparable
La sesión fue presentada por el organizador de eventos, sumiller y showman Fran León, quien, con buen oficio, fue desplegando una jornada en la que no dejó "puntada sin hilo". La parte estructural-organizativa corrió de su parte y resultó un evento redondo.

domingo, 22 de junio de 2014

Presentación de la Novela Peregrinos de Shambala, en Sevilla

Peregrinos de Shambala ,novela de Rafael Téllez Romero
Peregrinos de Shambala, Un Viaje Iniciático a India. 


Queridos amig@s, os invito a tod@s a la presentación de mi novela "Peregrinos de Shambala, un Viaje Iniciático a India".

El evento será presentado por el show-man y sumiller Fran León, con la ayuda del Colectivo de Escritores Guadaltintero.

Crearemos un buen ambiente, con una breve lectura, música mística en directo, té oriental y cata literaria con vino de naranja presentada por Fran León.

Celebraremos el encuentro literario en la Galería de Arte Wabi Sabi, C/ Viriato Nº9.
El martes día 24 de junio a las 19:00 horas.

lunes, 2 de junio de 2014

Órbigo, no te olvido

Relato sobre El Puente de Órbigo
Puente de Órbigo, el "Paso Honroso". Imagen de José Antonio Gil Martínez

¡Qué descanso!, sentir los pies, libres de las botas, es un placer. La vez anterior, el Camino no fue tan duro, quizá éramos más jóvenes, o lo vivimos con la ilusión de la primera vez. Ahora, en sandalias, con los dedos libres, noto la dureza de las piedras de este puente antiguo. Me asomo al pasamanos, ¡qué bonito es todo!
A pesar de la pena, ver este río fluyendo bajo los ojos del puente me reconforta. Está tardando, ¿cuando vendrá?
Sentí una mano recia posarse sobre mi hombro.
–No vendrá, lo sabes. –Él me miraba desde unos ojos tan antiguos y profundos como los del puente.
–Sí, claro que viene, como cuando pasamos por aquí la otra vez. Está deseando regresar y escuchar de nuevo tu historia. ¡Qué romántico lo que hiciste!, nos pareció tan inspirador, nos dio fuerzas para continuar el Camino, a pesar de que ella parecía ya no tenerlas. Ahora, cuando venga, lo recordaremos y echaremos unas risas.
–¡No te engañes!, no va a venir, y yo tampoco debería estar aquí.
No le eché cuenta a aquel cascarrabias de manos fuertes. Debía tener un mal día, pero a mí no me iba a amargar el mío. Recordé entonces la primera vez, avanzamos de la mano sobre el puente y, a mitad del mismo, donde ahora me encuentro, vimos las dos columnas con los nombres grabados. Era el lugar de la historia, yo la había leído, y allí mismo se la conté: