Michael lo observaba, el gran hombre elevó las cejas cuando su consigliere entró circunspecto al despacho, con aquella bandeja en la mano. Michael se levantó de la silla que ocupaba frente a la enorme mesa de despacho de su padre, quería ver aquello de cerca.
-Ha ocurrido -dijo el consigliere, el gran hombre asintió y elevó su mirada al techo, meditabundo, mientras agitaba su copa de balón, llena de ese aperitivo rojo anaranjado que solía tomar siempre a media mañana, recordando su tierra natal.
Arte conceptual de Manuel T.R. |
Michael miró lo que había en la bandeja: era una oreja de cerdo tatuada con la imagen de un ser mitológico, parecía una especie de dragón finamente dibujado, entonces recordó haber visto ese mismo motivo en el brazo de uno de los hombres fuertes de la familia.
-¿Qué ha ocurrido padre?
El gran hombre acercó la bebida a sus labios, sintió su amargor exquisito, mezclado con el agridulce del zumo de naranja.
-Es un mensaje: "Lucca Campari duerme con los cerdos"
Molto bello racconto, Mamma mia! Altri favola de porco e campari:
ResponderEliminarhttp://mialmacanina.blogspot.com.es/2014/10/en-la-dehesa.html#comment-form
Me gusta.
ResponderEliminarMe gustó la foto... y me parece genial que te haya motivado para este microrelato ;-)
Saludotes Rafa