domingo, 29 de mayo de 2011

Preparación para el Camino de Santiago



Dedico este artículo a mi querida amiga MariLUZ: un ángel de amor despiadado que muy pronto comenzará una de las vías inicáticas más conocidas: El Camino de Santiago.
El Camino de Santiago es una experiencia que te sumerge en el medievo, la primera consideración es que no se es un turista, se es un peregrino. En el camino no se hace turismo, ni tampoco deporte, aunque puedan ser algunas de las motivaciones que muevan a iniciarlo, sean cuales sean tus motivos, al final del camino siempre llega un peregrino.
Una máxima que encontré en un albergue ha de acompañarte siempre: “El turista exige, el peregrino agradece”.
Se trata de cambiar de mentalidad, de sumergirse en la sencillez y valorarla, de saborear un trago de agua bebido de una fuente milenaria, un trozo de pan, una fruta o una conversación compartida con otro peregrino. Un albergue con literas compartidas puede dar mas cobijo y calor que un palacio solitario, una cena improvisada entre varios peregrinos puede ser un banquete tan especial que no se pueda conseguir ni en un restaurante de cinco estrellas.
Pasamos a ofrecer algunas pinceladas al respecto:
Viajar ligero de equipaje: es algo obvio, pero siempre encontramos resistencias a la hora de reducir el equipaje al mínimo. Hemos de hacer la práctica de desapegarnos de los objetos y confiar en la providencia del camino:
-No vamos a un desierto, no es necesario cargar con comida, ni con ropa extra, hay farmacias y tiendas en el recorrido y en los albergues suele haber cubiertos, vajillas, etc.
-Si en las primeras etapas te sientes sobrecargado, no dudes de desprenderte del sobrepeso.

-Está absolutamente desaconsejado un peso superior al 9 ó 10% de tu peso ideal, por encima de eso, el camino se hace insufrible: aunque te pongas en casa la mochila y creas que no pesa, pesará horrores cuando lleves 25 Km a las espaldas. Yo recomendaría reducir al mínimo el peso, sobre todo si no se está en buena forma física.
Respecto al equipaje básico:
Ropa: Reducir al mínimo al llegar al albergue se puede lavar y tender.
-Dos o tres mudas interiores
- Tres pares de calcetines
-Dos camisetas de manga corta y una de manga larga
-Un forro polar o prenda de abrigo ligera
-Un pantalón desmontable para poder elegir si hacerlo corto o largo
-Un chubasquero ligero: nada de trajes de agua pesados, son ideales las capas o ponchos finos de un solo uso, si se nos rompe siempre encontremos algo en el camino.
-Bañador para los ríos y playas fluviales
-Botas o calzado de senderismo, imprescindible que sea usado: no ir de estreno ya que las rozaduras nos pueden arruinar el caminar. En mi último camino utilicé unas sandalias especiales de senderismo y me funcionaron muy bien.
-Chancletas de goma, tanto para pasear por la tarde, una vez alojados en el albergue, como para ducharse.
-Imperdibles: para colgar la ropa, tanto en el albergue, como en el exterior de la mochila para que se seque si aún está húmeda.
-Un trozo de cuerda: a veces los albergues no tienen suficientes tendederos.
-Una bayeta-toalla deportiva (o dos): aunque reconozco que me pareció extraño es tremendamente útil: absorbe el agua de la piel con rapidez: se puede lavar tras usarla y tender a secar rápidamente y no cargamos con el peso de una toalla mojada.
-Un chaleco reflectante, en el camino a veces hay que transitar junto a vehículos, es muy importante en esos casos ponerse el chaleco: como medida de seguridad siempre lo llevo colocado por fuera de la mochila .
-Un sombrero
-Gafas de sol
Otros:
-Una vieira: es el distintivo del peregrino, una vieira colocada en la mochila avisará a los paisanos de nuestros propósitos y marcará nuestra pertenencia al colectivo.

-Un bastón (o dos): Los hay desde el clásico bordón de madera a los bastones deportivos de trekking. Yo personalmente prefiero el clásico, el bastón es fundamental para las largas caminatas, nos ayuda al drenaje de nuestros brazos, que de otro modo se cargarán en exceso. Por otro lado nos ayuda a mantener la verticalidad. Nos apoya en las subidas y absorbe gran parte del impacto en las bajadas.
Los bastones se pueden comprar en cualquier lugar del camino, por lo que no es necesario cargarlos en el equipaje del medio de transporte con el que nos desplacemos al punto de partida.
-Neceser: Reducido al mínimo, como hemos dicho anteriormente, siempre estaremos a tiempo de comprar lo que necesitemos realmente. Son muy útiles las pastillas pequeñas de jabón (muestras de hotel): con ellas podremos lavarnos tanto nosotros como nuestra ropa. Cepillo de dientes de viaje y pequeño tubo de crema. Desodorante pequeño en tubo y poco más. En caso de rozaduras o escoceduras hay una pomada en crema muy efectiva llamada Halibut, también puede ser útil la vaselina, untarnos los dedos de los pies y otras zonas sensibles a rozaduras puede resultar muy preventivo.
-Un saco de dormir ligero: existen modelos idóneos muy reducidos de tamaño y de peso.
-Una funda de almohada: en los albergues los colchones y almohadas suelen aparecer descubiertos.
-Una linterna.
-Una esterilla de camping: sólo si el peso y tamaño del equipaje lo permite, podemos llevar una estera enrollada, puede resultar practica para sentarnos o tumbarnos en el camino. Otros pueden preferir una pequeña sábana (que además puede servir de cubre colchón, aunque es prescindible, ya que el saco nos aislará del contacto directo con el colchón).

En raras ocasiones nos hemos visto durmiendo en el suelo, en ese caso es más fácil, nos evitamos la preocupación por si el colchon o la almohada tienen funda o no.

-Agua: infórmate bien, antes de emprender la etapa, de los puntos de agua a lo largo de la misma: es innecesario cargar con 1 litro de agua (1 kilo de más), si puedes encontrar varias fuentes jalonando el tramo. Por otro lado también hay tramos donde el agua escasea, por ello hay que tener muy en cuenta la previsión de este detalle.

Cambiar el concepto de viaje:
Si haces una etapa de 40km pero no te fijas en el recorrido, no interiorizas, ni compartes con el resto, no estás peregrinando. Ya lo hemos comentado anteriormente, en el peregrinaje no se viaja de “turisteo”, se camina para disfrutar de la austeridad, pero eso no significa buscar el martirio:
-Si estás cansado descansa.
-Si estás dolorido, sobrecargado o cojeas, párate, cúrate y reposa, no se trata de cumplir etapas enormes en condiciones infrahumanas, se trata de viajar con el corazón y la conciencia: si fuerzas la situación el camino te pondrá en tu sitio: fuera del camino (y aún así, obtendrás la enseñanza que necesitas)
-Puedes quedarte una etapa parado a descansar, también puedes tomar un autobús (o dos) y esperar a tus compañeros de viaje en el siguiente punto de la etapa.
-Si necesitas un poco de intimidad puedes incluir algún día de “homenaje” y dormir en alguna pensión u hotel. Un punto intermedio son los albergues privados, donde se pueden encontrar ofertas interesantes calidad/precio.
-Si necesitas aprender de un lugar, si te apetece colaborar en un albergue, puedes quedarte a disfrutar y a aprender lo que te ofrece, nunca se pierden ni se ganan etapas, nunca es cuestión de ganar ni de perder, en el camino encontraras tus verdaderas cuestiones.
Y por supuesto, permanece siempre ligero de equipaje mental para poder atender a los símbolos.

9 comentarios:

  1. Te regalo una frase

    "La mochila pequeña y la cartera llena"

    No quiero decir que el viaje del peregrino tiene un gran coste económico, quiero afirmar tu mensaje de no cargar con pastillas para el dolor de cabeza cuando en todos los pueblos hay farmacias... igual que este ejemplo puedes encontrar todo en el camino si tener que cargar con tus inseguridades...

    Un abrazo y muy buena entrada.

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  2. Que gran frase amigo Fran, mochila pequeña y sin cargas innecesarias: este es uno de los aprendizajes que nos da el camino. Nostalgia de aquellos buenos momentos que compartimos en el camino. Por suerte el camino está ahí: siempre abierto y siempre accesible para poder volver...

    Un abrazo peregrino

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  3. Leo tu entrada con cautela, moderación, impaciencia...y la dejo a medias para disfrutarla en momentos más íntimos que no ahora en el trabajo. Sé que tus palabras y consejos me reconfortarán y me darán energía. Sé que cuento con maestros como vosotros que me apoyais en el camino.
    ¿Por qué nombrar el Camino de Santiago siempre me ha emocionado?¿qué intuiciones cobijan nuestra alma y no nos atrevemos a seguir?
    Un abrazo con el alma abierta a ambos...
    Os mantendré informado
    P.D: después de leer la entrada volveré a contestarte.

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  4. Parece una una casualidad cósmica que tú hayas escrito esto cuando te necesitaba para que me contarás qué hacer. GRACIAS AMIGO.
    He disfrutado con tu interesantísimo planteamiento que nace del corazón. Lo sé.
    No te librarás de verme en directo para que me sigas prestando tu ayuda.
    Un abrazo

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  5. Muy interesantes palabras que intentare interiorizar, empiezo el peregrinaje la semana proxima y estoy impaciente por aprender lo que el camino tenga que enseñarme.

    Poli

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Felicidades por emprender el camino Poli, te estás haciendo el regalo de tu vida. Solo me queda desearte lo mejor al estilo de los peregrinos: "¡BUEN CAMINO!".
    13 de septiembre de 2011 20:23

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  8. Ese lugar de última foto, dónde se encuentra?
    Gracias por los consejos.

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    1. Estimado Rolando: el detalle de la última foto es "la clave de bóveda" de la catedral de Santiago de Compostela: La piedra última que al encajar da fuerza a toda la estructura, el simbolismo está ahí... queda a tu interpretación... La polea con la cuerda es de donde pende el botafumeiro... esa es otra historia.

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