Sí papá, pero, ¿y esa?
Esa ni tocarla, puede ser venenosa. Haz
echo bien en preguntar, siempre hay que tener cuidado con esas cosas.
Conocí a uno que estuvo a punto de morir por una de esas, no se
murió, pero se quedó un poco alelado desde entonces. Así como...
casi tonto de baba, que nada más decía tonterías y se caía de
boca a cada rato.
¿Qué no te lo crees? Pregúntale al
abuelo, que es de su quinta. ¡Tu abuelo sabe de lo que hablo!. Él
me hizo a mí la misma advertencia que te hago ahora: ¡Nunca te
pongas una corona!
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Ilustración de Thomas Nast (1871) |
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