Foto por Elemaki |
Mientras su padre cerraba la tapa del contenedor
La hija adolescente le miraba, sintiendo emanar el calor desde sus enrojecidos mofletes.
¡Qué
vergüenza! -pensó- ¡Que bajo ha caído!
Es economista, miembro de Junta de Gobierno de la Cofradía y escribe en
el periódico, pero ahí está, haciendo eso otra vez. Dice que es su obligación,
pero yo creo que no es justo. Si tuviera dignidad buscaría una solución. Dice
que lo hace por nosotros, por la familia, que a él tampoco le gusta hacerlo,
pero que es su responsabilidad, cómo gerente del supermercado, destruir e
inutilizar para consumo humano los alimentos caducados antes de tirarlos.
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