jueves, 8 de mayo de 2014

El Loto y el periodismo, una propuesta de toma de consciencia

Carta acerca de experiencia con Thich Nhat Hanh
Imagen de Siren-Com


Recientemente he leído un artículo en uno de mis periódicos de referencia "El País", el artículo: "El loto y el euro" me ha parecido impreciso y tendencioso. Le he escrito al defensor del lector del citado medio y quiero compartir ese escrito con vosotros:

"Estimado defensor del lector, quiero comunicarle una mala experiencia que he tenido al leer un artículo escrito en El País, diario del que soy lector asiduo y al que considero uno de los pocos reductos que quedan al periodismo progresista. El artículo en cuestión es “El Loto y el Euro", escrito por el periodista Jerónimo Andreu. Una mala experiencia debido a que me parece sesgado y tendencioso, habida cuenta de mi experiencia y conocimiento directo con respecto a la escuela budista de Thich Nhat Hanh y su obra social. Paso a describirle mi experiencia:

Un día me senté a meditar con una sangha budista, un grupo de meditación humilde, al punto de no tener ni monje ni maestro presente, eran tres o cuatro en una salita despejada. En un descanso y, con la intención de “llevarme algo nuevo”, le pregunté a uno de los miembros de la sangha: “¿Puedes darme algunas instrucciones?”, él me dijo: "Tú ya sabes lo básico, pero te falta algo: ¡sonreír!"

Aquel consejo cambio mi práctica: mi cuerpo se relajó, mi mente también, dejé de buscar, dejé de acumular, empecé a simplificar y a sacar factor común. Dejé de consumir libros de espiritualidad, dejé de aferrarme a grupos y también dejé de aislarme.
Aquellos que meditaban sonriendo, sin pompa ni ornamento alguno, eran seguidores de la práctica de Thich Nhat Hanh. Un hombre sencillo, de voz y gestos suaves, y de prosa clara. Los que le conocen lo llaman Thay, llamarlo por su apodo facilita las cosas (por cierto, en Vietnam, “Thay” significa maestro, pero es algo que se le dice también a las personas mayores, al igual que en muchos pueblos de Andalucía seguimos llamando “maestro” a los vejetes). Conocer la práctica de Thay simplificó mi vida: me alejó de la “pose espiritual” y me reconectó con la realidad cotidiana. El “budismo comprometido”, te enseña a interiorizar y hacerte consciente de tu realidad: mirar lo que tienes cerca, sentirte vinculado, de manera interdependiente con tu pareja, tu familia, tu vecindario, con todos los seres que sienten y sufren. En la medida en que todos “intersomos”, nuestros pequeños cambios pueden ayudar a mejorar las relaciones. Eso es lo que hace un budista comprometido (cada uno a su manera y sin dogma alguno): influir y pronunciarse para transformar la realidad y luchar contra el sufrimiento.

“Respira”, “mira profundamente”, “¿estás seguro?”...estas pocas palabras de Thay, un anciano que lleva toda su vida dedicado a buscar lo simple, pueden llenar una vida entera de meditación, no es necesario comprar nada, ni consumir nada. De hecho, yo mismo, desde que conocí este enfoque, me estoy quitando de comprar, de leer y de consumir a lo loco.

No soy nadie para juzgar , lo único que puedo hacer es invitar al periodista Jerónimo Andreu a:
“Respirar”: hacerlo profundamente, tres largas respiraciones que ayuden a aquietar la mente y parar los prejuicios.
“Mirar profundamente”: tanto lo que ha visto, como lo que ha escrito acerca de su experiencia con la gente de la “Aldea de los Ciruelos”
“Preguntarse ¿estoy seguro?”: de que todo esto que he visto con mis ojos, interpretado desde mi estado mental y escrito desde mi oficio, es lo mas aproximado a la realidad.

Con esta práctica, el periodista tendrá una pequeña muestra de la linea de trabajo que parece haber criticado sin conocer. Será sólo un punto de partida para empezar a conocer lo que tiene todo el derecho del mundo a cuestionar, aunque toda persona, y especialmente un periodista, necesita conocer las cosas para poder hablar de ellas con propiedad.


Reciba cordiales saludos.

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