Truco de escritura creativa: el diálogo tonto-listo

 

En Peregrinos de Shambala  utilizo mucho esta técnica 

Uno de los trucos más útiles en la escritura creativa es el diálogo tonto-listo, se trata de una herramienta eficaz para aligerar los textos y hacer amenas las explicaciones. 

 A la hora de darle información a un lector hay dos pociones:

1)  La aburrida, en la cual el narrador suelta una larga parrafada la lector, que queda obligado a leer la perorata de manera monótona y plana.

2) La manera divertida, que en lugar de “soltar un sermón” en frío, lo hace en caliente, es decir, en medio de la acción, filtrando la información a lector por medio de un “diálogo”. Pongo lo de “diálogo” entrecomillado, porque se trata en realidad de un pseudodiálogo, ya que los intervinientes no aportan por igual: uno de ellos suele hacer preguntas, ya que no sabe nada del tema en cuestión, mientra que el otro parece saberlo todo y da las explicaciones, de ahí el nombre de la técnica.

El diálogo tonto-listo es, como podreis observar a partir de ahora, se trata de una técnica muy útil y ampliamente utilizada, si analizamos cualquier novela, película o serie televisiva, encontraremos repetidas muestras de diálogos donde aparecerá algún “tutor” instruyendo a algún “aprendiz”...cuando en realidad a quien se nos instruye es a nosotros.

 Pondré un ejemplo: si quisiéramos explicar en una novela que en la India las vacas son sagradas, podríamos hacerlos desde la opción 1 (sermón), haciendo que el narrador diga de pronto: desde la hipótesis del materialismo cultural de Marvin Harris, la figura de la vaca es sagrada debido a que las necesidades de supervivencia de la base hacen que se desarrolle una superestructura la servicio de la misma que genere prohibiciones legitimadas por las practicas y tabúes religiosos... etc.

 Evidentemente el lector puede aburrirse, salvo que tenga especial interés y conocimientos en antropología cultural, probemos la otra fórmula, la del diálogo tonto-listo que empleo en en mi novela “Peregrinos de Shambala”, donde Tomás (en el papel de listo) se lo explica a Mauricio (que hace de tonto): 

 A las afueras de un pueblo Mauricio señaló algo que había visto varias veces: vendedores al lado de unos montones de lo que parecían tortas marrones. 

—¿Qué venderán esos?... 

—Creo que son mierdas de vaca secas, las utilizan en el mundo rural como combustible para el fuego. Mauricio pegó su cara al cristal vibrante del bus.

 —No me lo puedo creer…eso no se le ocurre ni a Sir Willyam. —Tomás rió.

 —Eso lo hacen desde siempre, ¿por qué crees si no que la vaca es sagrada?: da leche como alimento, sirve como tracción y hasta de su mierda sale el estiércol y el combustible para el fuego. —Mauricio sonrió.

 —Como el cochino, que se aprovecha todo…pero vamos que unos filetitos de ternera también se podrían comer… —Tomás señaló a un hombre que araba un campo con un rudimentario arado tirado por una vaca.

 —De eso nada, si existe la prohibición será por algo: si se muere la vaca se muere la India.

 Mauricio jugueteó con la guía del trotamundos:

 —¿Lo dices tú o lo dice la guía? 

Tomás le señaló imitando el gesto de la pistolita. 

 —Lo dice Marvin Harris entre otros. Es un tema que me gusta, muchas costumbres que nos parecen raras son esenciales para la supervivencia. 

 Mauricio le devolvió la guía.

 —Anda Toma, lee un poquito y te callas, que cuando te pones repelente no hay quien te aguante. 

 Como veis, la explicación se hace amena, más “digerible” para el lector. Os propongo ahora un ejercicio: elegid cualquier fragmento de información y tratad de exponerlo en formato “diálogo tonto-listo”, os sorprenderán los resultados.