Sello del Temple, tomado de Wikimedia Commons |
En muchas ciudades se busca con ahínco el emplazamiento de
los lugares templarios, sin tener, en muchas ocasiones, evidencia alguna. Si viajamos a Mallorca, cosa que recomiendo, no tendremos este problema, el lugar está localizado. El rey Jaime I
el Conquistador fue instruido desde pequeño por la Orden del Temple. Como
recompensa al apoyo en sus campañas, el Rey
recompensó a los Templarios con una fortaleza árabe anexa a la muralla
de la ciudad: la Almudaina de Gumara.
Entrada a la encomienda del Temple en Mallorca |
A primera vista es un curioso ver como, las dos torres que
perviven de la antigua encomienda, están habilitadas actualmente para su uso.
Recuerdo en algún documental sobre Tierra Santa, donde aparecen lugares de la muralla de San
Juan de Acre que están habitados por vecinos.
Es interesante observar la estructura de las grandes torres
horadada por espacios para ventanas, eso sí, las torres están rematadas
por las esperadas almenas que ha de
tener cualquier fortificación medieval que se precie de serlo.
Una vez pasado el arco entre las dos torres, vemos un patio
rodeado de algunos cobertizos, y al fondo un edificio con ángeles en relieve, y una imagen del "Agnus Dei", Cordero de Dios.
Dentro, podemos podemos visitar la capilla templaria: a la entrada nos encontraremos con dos recipientes para agua bendita en forma de casco medieval invertido, y un detalle curioso: jalonando la puerta de entrada encontramos dos columnas esculpidas: en relieve vemos a dos cabezas enfrentadas: un hombre viejo y un hombre joven, que se miran el uno al otro, y ante cuyo cruce de miradas debemos pasar si queremos entrar al Templo del Temple... ahí dejo la observación, la interpretación la dejo a cada uno...
Agnus Dei |
Dentro, podemos podemos visitar la capilla templaria: a la entrada nos encontraremos con dos recipientes para agua bendita en forma de casco medieval invertido, y un detalle curioso: jalonando la puerta de entrada encontramos dos columnas esculpidas: en relieve vemos a dos cabezas enfrentadas: un hombre viejo y un hombre joven, que se miran el uno al otro, y ante cuyo cruce de miradas debemos pasar si queremos entrar al Templo del Temple... ahí dejo la observación, la interpretación la dejo a cada uno...
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